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Diagnóstico de la DGM
El diagnóstico de la DGM, ya sea aislada o asociada a un daño en la superficie ocular u ojo seco, debe visualizarse en el contexto del diagnóstico de cualquier enfermedad de la superficie ocular. Las pruebas deben efectuarse de tal forma que minimicen la influencia que pueda tener una prueba sobre la siguiente. En la tabla 2 se presentan una serie de pruebas recomendadas en el diagnóstico de la DGM y en las afecciones relacionadas con la DGM, incluyendo el ojo seco evaporativo.
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Pruebas para el diagnóstico de la DGM
En los adultos asintomáticos es apropiado incluir la expresión glandular (por ejemplo, mediante la aplicación de presión digital moderada al párpado inferior central) en el diagnóstico de rutina del paciente, con el fin de detectar la DGM asintomática que no es evidente. Un diagnóstico de la DGM podrá requerir que el paciente sea evaluado más adelante de las alteraciones presentes en la superficie ocular y de la presencia de ojo seco, empleando las técnicas de diagnóstico apropiadas.
En los pacientes con síntomas en la superficie ocular o signos morfológicos de DGM en el párpado (por ejemplo, obstrucción del orificio y otros signos en el orificio o en el margen del párpado), la funcionalidad de las glándulas de Meibomio debe evaluarse por medio de la presión digital sobre el tercio central (± nasal) de los párpados inferior/ superior, para determinar el alcance y la gravedad de la DGM (expresión y calidad de la secreción). Ésta debe realizarse con una presión digital moderada o una técnica estandarizada. El paciente deberá ser evaluado así mismo para descartar alteraciones en la superficie ocular y ojo seco.
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Pruebas para el diagnóstico del ojo seco relacionado con la DGM
Se recomienda un enfoque en dos etapas para el diagnóstico del ojo seco relacionado con la DGM. En la primera etapa, se excluyen los sujetos normales, quedando únicamente los pacientes con ojo seco de cualquier tipo (ojo seco en general). La segunda etapa consiste en el diagnóstico diferencial del ojo seco evaporativo relacionado con la DGM con el ojo seco por deficiencia acuosa.
Se proponen dos enfoques: uno apto para los profesionales que trabajan en una clínica general y otro para los investigadores que trabajan en unidades especializadas. Las pruebas propuestas basadas en la evidencia clínica varían en función de las necesidades.
A continuación se presenta la secuencia adecuada de las pruebas que se realizan en una clínica general para el diagnóstico de la enfermedad relacionada con la DGM, en pacientes que presentan síntomas de la enfermedad en la superficie ocular:
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1. Entrega de un cuestionario de síntomas.
2. Medición de la frecuencia de parpadeo y cálculo del intervalo interparpadeo.
3. Medición de la altura mínima del menisco lagrimal.
4. Medición de la osmolaridad lagrimal (si está disponible).
5. Instilación de fluoresceína y medición del tiempo de ruptura lagrimal (TFBUT) y delÍndice de Protección Ocular.
6. Graduación de la tinción corneal y conjuntival con fluoresceína.
7. Prueba Schirmer u otra (prueba del rojo de fenol).
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Un resultado positivo (anormal) en las pruebas 1, 4, 5 y 6 revela una evidencia parcial de la presencia de ojo seco genérico, sin especificar si se trata de ojo seco por deficiencia acuosa o de ojo seco evaporativo. La evidencia de ojo seco por deficiencia acuosa se puede obtener mediante la medición del flujo lagrimal o a través de la evaluación del volumen acuoso en base a la altura del menisco lagrimal o prueba de Schirmer.
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8. Si no se hubiera caracterizado la DGM (sintomática/ asintomática) en una visita anterior, entonces podrá evaluarse al final de esta secuencia como sigue:
i. Cuantificación de características morfológicas del párpado.
ii. Expresión: cuantificación de la liberación y calidad de la secreción lipídica.
iii. Meibografía: cuantificación de la pérdida.
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Si la prueba sugiere un diagnóstico de ojo seco genérico, y las pruebas de flujo y volumen lagrimal son normales, entonces se trata de ojo seco evaporativo y la cuantificación de la DGM indicará la contribución de las glándulas de Meibomio. Esta secuencia de prueba también permite realizar un diagnóstico de la DGM sintomática, con o sin coloración de la superficie ocular y con o sin ojo seco. Las puntuaciones graduadas de cada prueba pueden utilizarse para controlar la enfermedad durante el tratamiento.
También se propone una serie “ideal” o completa de pruebas para los especialistas en la córnea o para los investigadores involucrados en los ensayos clínicos a las clínicas que tienen acceso a una gama más amplia de equipos de diagnóstico. Algunas de las pruebas mencionadas son alternativas y están basadas más bien en la investigación. Una vez más, se recomienda que el diagnóstico se lleve a cabo en dos etapas, la primera para diagnosticar el ojo seco genérico y posteriormente el subtipo con el grado de DGM.
Esta serie de pruebas consiste en una evaluación de los síntomas (por ej., el índice de enfermedad de la superficie ocular OSDI, el cuestionario para ojo seco DEQ) y las mediciones de la osmolaridad, la secreción, el volumen, la estabilidad y la evaporación de las lágrimas. Las pruebas de las alteraciones de la superficie ocular, como la coloración corneal y conjuntival, también están incluidas en la serie de pruebas. Asimismo, las pruebas de mediadores inflamatorios, la presencia de marcadores de células inflamatorias y otros análisis de espectrometría de masas proteómica y lipidómica también pueden evaluarse para proporcionar información sobre el estado inflamatorio de la superficie ocular, aunque la relación específica con la DGM se desconozca en este momento. También se recomiendan las mediciones específicas de la producción de lágrimas para el diagnóstico de la deficiencia acuosa del ojo seco.
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